lunes, 6 de mayo de 2024

Una más en la atípica temporada 2020

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Crónica

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ


  

Logroño albergaba la penúltima tarde de la Gira de Reconstrucción, un festejo que tuvo como protagonistas a Pepe Moral y a Gómez del Pilar, que se midieron a los ejemplares de Miura. Unos astados de reservadas condiciones para la lidia, solo el primero de la tarde permitió la expresión, pero en las manos de Pepe Moral, le falló el acero, tirando por tierra su laboriosa faena. Gómez Pilar bailó con las más feas, a pesar de que él pusiera todo de su parte y se arriesgara meritoriamente, toreando con expresión y mucha verdad. No fue una tarde para el recuerdo, una más en la atípica temporada 2020.

“Amapolo”, ovacionado en su salida, se encargaba de abrir la tarde. Pepe Moral lo recogió, abriéndolo, dejándoselo muy puesto sin descoordinar, con repetición. Quiso iniciar la faena bajándole la mano, sacándolo al paso, con suavidad, muy pegado, hasta los medios. Técnica y distancia, entendida, con la muleta siempre en el morrillo, evitando que se fuera de la faena. Pepe Moral recurrió a su voz y a un toque fijador que le daba la continuidad a las series. Encontró las cualidades del de Miura, acortando las series, adaptándose, pero por abajo. Estaba cómodo y quiso alargar la faena hasta una suerte suprema que llegaría a ejecutar hasta en cuatro ocasiones y varios intentos de descabello a un toro que se puso a andar.

Gómez del Pilar se fue a la puerta de toriles para recibir al primero de su lote a porta gayola. Lo esperó y ejecutó meritoriamente el saludo al de Miura. En el capote, se mostró descompuesto, con dificultades para centrarse en la tela. Gómez del Pilar lo enceló en corto. En la muleta lo tanteó por ambos pitones, para después, en el tercio, abrirlo en la franela, esperándole, dándole sitio y tiempo para que la respuesta de este se suavizara. Poseía una embestida atropellada y corta, sin recorrido, metiéndose por dentro, levantando la cara y con peores condiciones por el izquierdo. Gómez del Pilar estuvo impecable, sin embargo, el de Miura no cumplió. Lo mató con acierto.

Arenero marcaba el ecuador del festejo en las manos de Pepe Moral, quien lo recibió en el capote. El de Miura levantaba la cara, saliendo con las manos delanteras. El diestro lo quiso probar al inicio de la faena, pero de nuevo era un tanto reservón y soso, que no permitía construir una faena de vuelo. Moral tenía que cruzarse mucho, intentando tirar de unas embestidas escasas de transmisión y delicadeza. Le quiso alargar, llevándole con los vuelos, fue entonces cuando logró alguna que otra tanda por el izquierdo. Muletazo tras muletazo fue configurando las series sin excesivo lucimiento ni comodidad. No daba descanso. Falló de nuevo con los aceros.

Gómez del Pilar cerraba la tarde con sello de personalidad, volvió a toriles para poder recibir al ultimo de la tarde a porta gayola. Tras brindar a toda su gente, se dispuso a iniciar la faena, primero templándole por abajo para después situarlo en los terrenos y buscar la altura. El animal perdía la manos, además, carecía de recorrido y continuidad, razón por la que Gómez del Pilar tuvo que adaptarse a el, toreando en el tercio, adelantándose a las embestidas del de Miura. El diestro le intentó guiar en todo momento, toreando al natural y derrochando verdad en cada trazo. Fue un continuo tira y afloja de sitio y tiempo. De nuevo fallaba la suerte suprema.

Logroño. Toros de Miura. Pepe Moral, silencio tras dos avisos y silencio; Gómez del Pilar, oreja y tras aviso y ovación.

FOTO: TWITTER

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