martes, 30 de abril de 2024

Se bordó el toreo en Jaén

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Crónica

GUARISMO DEL OCHO


  

Ponce recibió a su primer toro de Victoriano del Río con temple y suavidad. Con la muleta realizó un trasteo rectilíneo por el pitón derecho a un toro que se acostaba demasiado por un problema que tenía en la vista. Por el izquierdo no se empleaba nada. Después de dos pinchazos y estocada tendida acabó con el toro

El segundo de la tarde se paraba en el capote y apenas Curro Díaz se pudo lucir. En el tercio de banderillas saludó montera en mano Juan Carlos García. El toro mantuvo en la muleta una embestida descompuesta y sin finales, pero Curro puso toda la carne en el asador y exprimió al máximo al astado al que sacó excelentes naturales con una belleza proverbial. Con la diestra la faena alcanzó momentos álgidos. Bonitos los cambios de mano muy toreros. Falló reiteradamente con la espada. Ovación con saludos.

Sin suerte Juan Ortega con el tercero. Resultó un toro sin fuerza y sin recorrido con el apenas pudo lucirse. Tampoco anduvo fino con la espada. Silencio.

En los primeros compases del cuarto, en el tercio de banderillas saludó Jorge Fuentes, tras una buena ejecución. Ponce brindó el cuarto toro a su cuadrilla. Empezó la faena con muletazos por alto sin obligar al toro. Luego de la segunda raya para fuera le hizo una faena en corto con toques suaves  y aprovechando la nobleza del animal. Detalles como molinetes invertidos, cambios de mano y la clásica “Poncina” fueron adornando la última actuación del diestro de Chiva en la temporada 2020. Pinchazo y estocada desprendida. Una oreja.

Curro Díaz aprovechó al máximo la nobleza del quinto. Un toro que se desplazaba con la cara a media altura. Toreó a placer por ambos pitones acariciando las embestidas y derramando aroma de buen toreo. Mató de estocada arriba. Dos orejas

Juan Ortega bordó el toreo en el sexto, de nombre “Basurilla”. Recibió a la verónica con lances magistrales y ganando terreno. Luego hizo un quite por chicuelinas magnífico. Comenzó con unos ayudados por alto elegantísimos. Con la muleta corrió la mano con un gusto exquisito y la forma de rematar era sublime. Series de cuatro muletazos rematados con unos magníficos pases de pecho. Al natural bordó el toreo con su peculiar personalidad. Los finales con ayudados por bajo culminaron la faena. Un pinchazo  y una estocada ligeramente desprendida. Dos orejas y vuelta al ruedo a un magnífico toro que humillaba y repetía en las embestidas.

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