lunes, 6 de mayo de 2024

Un “Soñador” en el escalafón

Facebook
Twitter
WhatsApp

 Crónica

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ 

  
Sergio Serrano es un soñador en el escalafón, su contundencia, determinación y buen toreo demostraron el potencial que posee. La seguridad con la que supo llevar a “Soñador” resultó pasmosa, quizá en otras manos no hubiera sufrido esa positiva evolución que derivó en la petición de indulto. De menos a más, le hizo una faena en la que el tiempo se paró en Manzanares, mano baja, cadera y brazo atrás, recogiendo su embestida, mimándola pero sometiendo. Fue su tarde, un golpe encima de la mesa del que se espera que las configuraciones de los carteles empiecen a cambiar para albergar nombres como el de Sergio Serrano. En el festejo también destacaron Curro Díaz y Enrique Ponce frente a los de Las Monjas. El de Linares vio frustrada su clase con dos astados venidos a menos, aunque se la jugó especialmente ante el quinto. Intentó hasta el final sacarle tandas ligadas, a pesar del escaso recorrido e interés en la tela. Ponce pasó sin pena ni gloria por la plaza manchega, calidad como siempre y esmero en la faena, no defraudó a sus “fieles seguidores”.
“Potrito” abría la tarde con garbo y buen tranco que salía suelto del capote de Enrique Ponce, que lo intentó fijar hasta embellecer el saludo. Empezaba la faena con temple y despaciosidad, sacándole del tercio. Le abría, sin agobios, sin someterle por el momento. Cuando bajaba la mano el animal perdía las manos, el de Chiva quería mimar una embestida que se desvanecía. Tuvo que llevarle muy metido, a media altura, enganchándole desde el inicio. Justo en el tercio, logró enroscarse en una tanda con distancias, pero sin quitarle la muleta de la cara para que su respuesta no se perdiera. Sin embargo, la nobleza salvó a Ponce del corto recorrido del animal que cada vez se quedaba más encima. Le buscaba la cara, sin perderle de vista, intentado ligar sin deslucir y aguantando las condiciones que este prestaba. Mató con un pinchazo hondo en el sitio.
El segundo de la tarde, “Juergano” entraba con poder, pero suelto en el capote de Curro Díaz, sin embargo, su clase, su juego de brazos y su despaciosidad admirable, cautivó al de Las Monjas. Muy despacio lo citó en la franela, buscándole por abajo, sacándole al paso, siguiendo un mismo orden. El animal evolucionó, cambiando por completo, soltaba la cara en mitad del natural, quedándose corto y metiéndose por dentro. Poco tragaba el segundo de la tarde, que solo a uno los permitía. Intentó buscar los terrenos, alejándole del tercio. Llevaba la cara por encima del estaquillador, sin intensidad ni interés. Jugó con los vuelos pero no tenía nada que hacer frente a un animal que empezaba a sacar su lado más áspero.
Sergio Serrano recibía a “Benito” con una larga cambiada de rodillas para seguir a la verónica aprovechando su movilidad hasta rematarlo en los medios de rodillas. Inició la faena de rodillas con un golpe de autoridad, un inicio deslucido por las condiciones del animal. Le buscaba en las distancias, aprovechando su inercia para trazar una tanda ligada con pulcritud en la que el matador encontró el compás del astado. Los muletazos parecían no tener final, se la dejaba muerta, tirando del de Las Monjas, siempre en el morrillo para enlazar naturales. El toro repetía con movilidad, aunque siempre muy encima, por lo que el sitio era un punto importante en la faena. Había alegría en su embestida y una gran seguridad en las manos de Sergio Serrano, sin embargo, todo fue a menos en los últimos compases de la faena. Cerró por manoletinas y un sutil abaniqueo. Mató hasta la bola.
“Arrojado” marcaba el ecuador del festejo. Recogió su embestida Enrique Ponce, que con mucho mimo la acarició, abriendo el compás. Ponce lo recibió en la franela genuflexo, sometiéndole por abajo. lo tanteó y lo probó por ambos pitones. El de Las Monjas buscaba sin clase la tela pero sin humillar. No tenía prontitud, por lo que el diestro tuvo que recurrir al toque fijador acompañado de la voz para que este entrara y obedeciera. Se cruzaba y echándole los vuelos al morrillo quiso enganchar la embestida, pero no tenía nada dentro. Metió, como pudo, lamentablemente la mano.
A “Reyezuelo” lo frenó Curro Díaz, esperándole pero sin lucirse, en una labor meramente de brega. El inicio de faena se decidió genuflexo, buscándole abajo, cuidando la embestida sin excederse. El animal entraba, pero con miradas continuadas al diestro, mostrando una embestida descompuesta, con una salida desgarrada en la que soltaba la cabeza arriba. Tenía que abrirle, rectificar y siempre en largo, dándole salida, para después perderle pasos. Uno a uno, sin perder la concentración, Curro estaba muy metido, intentado suavizar aquellas asperezas que tanto deslucían y peligro causaban. El cite delantero lo supo llevar hasta el final, alargando el brazo y jugando con los vuelos para llevarlo cosido. El toro, reservón y buscón, ya no quería franela. Tanto quiso aferrarse a las embestidas desmedidas y medias arrancadas de “Reyezuelo” que al final lo prendió. Se repuso y mató dejando la espada caída y tendida pero efectiva.
“Soñador” y Sergio Serrano cerraban la tarde. El saludo capotero frenó, recogió y enceló la embestida del astado, con temple y delicadeza. Sergio Serrano aprovechó el garbo y movilidad del sexto con un inicio contundente, empezando por alto, pero rematándolo al sacarlo del tercio. Con mucha suavidad empezó a ligar las tandas, ahora ya por abajo, aguantándole y buscando la distancia. Muy recto lo citaba y enganchaba, encauzando un natural que no tenía fin, pues se la dejaba puesta para cerrar los muletazos con la misma entrega que los inicios. Había que sujetar a “Soñador”, que poseía la prontitud y movilidad, lo que ayudaba a Serrano a construir series llenas de matices. El toreo al natural levantó a los tendidos. El diestro supo entenderle y supo bailar con el, con embroque, determinación y mucha seguridad. Con una faena justa y medida, en la que rompió, la supo culminar aprovechando el motor e intensidad del astado. En la suerte suprema, en la que dejó una estocada entera en el sitio.
Manzanares.  Toros de Las Monjas para Enrique Ponce, oreja; Curro Díaz, ovación y oreja; Sergio Serrano, dos orejas y dos orejas y rabo (vuelta al ruedo de “Soñador”)

FOTO: JAVIER ESPADA ROMÁN

Entradas Relacionadas

Scroll al inicio