lunes, 6 de mayo de 2024

La expresión frente a la frialdad

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 Crónica

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ


  
Enrique Ponce y Curro Díaz ejecutaron un mano a mano interesante y de mucha torería frente a los ejemplares de Juan Pedro Domecq. Una clase práctica, en particular la de Ponce ante “Pícaro”, que no fue debidamente recompensada. La tarde parecía haberles pillado de improvisto a los aficionados de la plaza de toros de Cabra, dejando al de Chiva sin trofeos en su primero. La maestría de Curro Díaz fue digna de admirar, toreo lento y de suavidad, mientras Ponce lo hacía con desmayo y cadencia. Todo un recital. Curro Díaz se esmeró con el segundo, intentando sacar faena de donde no la hubo, pues “Sobresalto” se lastimó en los primeros compases de la faena. No quiso matar sin torear, así que comenzó a ligar tandas y lo llevó cuajándole. Cerraron la tarde con dos orejas por coleta, derrochando expresión de su Tauromaquia frente a la frialdad prematura del público y en particular del presidente.
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“Pícaro” era el primer toro de la tarde, al que Enrique Ponce saludó recogiendo su embestida, buscando el celo y la repetición, algo que tardó en llegar. Con el capote se estiró por abajo, abriendo el compás hasta rematarlo con una media. Lo recibió genuflexo en la franela, abanicando su embestida probándole por ambos pitones y llevándole con mucha suavidad hacia el tercio. Con mucha cadencia y desmayo se propuso torear al de Juan Pedro como si se tratara de una clase práctica, en la que aprovechó la comodidad dormida de su embestida. Le insistió por abajo, pero sin sobrepasarse, siempre midiendo las series, limitadas con mucha despaciosidad, tapando los defectos de “Pícaro”. Se entregó a la espera de una respuesta ajustada del astado, mientras tanto Ponce sacaba a relucir su Tauromaquia, sobre todo por el pitón derecho. Tiró de él con mimo, ajustándose al ritmo y recorrido del animal. Tardó en doble y Ponce dilató la muerte de “Pícaro”
“Sobresalto” saltó al ruedo haciendo honor a su nombre, rompiendo las tablas. Curro lo recibió con elegancia y sutiliza con un saludo con sello personal. Con desmayo y torería quiso iniciar la faena, sin embargo, perdió las manos y se lastimó en la mano izquierda. no tenía fuerza. La embestida del animal comenzaba a ser defensiva por verse podido. Curro quiso esperarle y mimarle, pero poco más se podía añadir a una faena que no podía tomar vuelo, a pesar de las buenas condiciones mostradas. No quiso matar sin torear, así que comenzó a ligar tandas y lo llevó cuajándole, al tiempo que suavizaba la embestida. Lo quiso llevar con los vuelos, sin excederse, alargando aún más su recorrido, aguantando las exigencias del diestro. Sintió el toreo, adaptándose a sus condiciones, con una faena excelente. Mató con acierto, media estocada en el sitio.
Ponce se lució por genuflexo para después seguir por verónicas y rematar por una media en el saludo capotero. Lo llevó genuflexo, sacándole al paso, ligándole con transmisión. Siguió con la mano derecha, con mucho temple y suavidad. Lo citaba delantero, con el pico por delante, enganchando la embestida y llevarle hasta el final. Había ligazón, mayoritariamente por el derecho. La cabeza alta y las miradas marcaban los últimos compases de la faena, la cual se iba apagando sin lucimiento. Ponce se encontró con un toro encastado con múltiples complicaciones que poco a poco fue desarrollando. Quiso lucirse y añadirle intensidad con raza y torería. Ponce culminaba la faena con una estocada casi entera en el sitio.
A “Locuelo” lo recibió Curro para cerrar la tarde con un saludo medido, más de brega que de lucimiento. Lo probó y tanteó por ambos pitones en el inicio del último tercio. El animal quería humillar y colocar la cara con ritmo y movilidad, siguiendo la tela. Curro se la dejó en el morrillo, tirando del astado, que respondía con prontitud, aunque le tuvo que llevar a media altura. Había temple y compás, toreando al natural, llevándole con los vuelos pero muy metido. Toreó muy de verdad y con mucha despaciosidad, mostrándole la salida y manteniendo el desmayo hasta el final. El de Juan Pedro quería venirse abajo, pero no sin antes degustar la Tauromaquia de Curro, que con sitio y tiempo cuajó una buena faena en la que el animal empezaba a quedarse corto. Cerró luciéndose con un extraordinario pase de pecho y matar al segundo intento con una estocada trasera y caída.
Viernes 25 septiembre. Cabra. Toros de Juan Pedro Domecq para Enrique Ponce, ovación y dos orejas; Curro Díaz, oreja y oreja.

FOTO: ASOCIACIÓN FOTÓGRAFOS TAURINOS

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