sábado, 27 de abril de 2024

Marcos Linares derrocha seguridad en Villaluenga del Rosario

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Crónica

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ 

  

“Birlón” abría la tarde, en manos de Joselito Sánchez, quien lo recibió con una labor de brega, laboriosa y lenta en la que intentó abrir el compas. El novillo entraba en la muleta, pero salía suelto en busca de la querencia. Joselito buscaba los terrenos, acoplándose a sus exigencias. Se la dejaba puesta, tirando del animal. Alejado de la querencia, en los medios, consiguió tandas ligadas y templadas en las que el eral metía bien la cara siguiendo con ritmo uniforme la franela. Intentó llevarlo cosido, pero sin asfixiar. Tuvo paciencia, buscándole a pitón contrario, obligándole por abajo, muy lento y con mucha paciencia. Estocada tendida y trasera.


El segundo de la tarde entraba con genio, humillando y repitiendo en la tela de Eric Olivera. Quiso empezar sentado en una silla la faena, tocando, llevándolo, al tiempo que lo sacaba por alto. Siguió en los medios, sometiéndole por abajo, dándole sitio y tiempo. Quizá le abrió en exceso, por lo que llevado con lo vuelos, los aprovechaba para tirar de él y volverle a meter en el muletazo. El paso atrás y el cite fijador lo llevaba enganchado, además, las condiciones las supo aprovechar. Conjugó tandas muy limpias, en las que ralentizó la embestida, compaginando los cambios de mano y el toreo al natural. El novillo mostraba su clara intención de rajarse, pero Eric no lo permitió y buscaba la emoción, de rodillas culminaba. Las bernardinas fueron el broche final. Mató con aseo.


Víctor Barroso no dejó correr al tercero de la tarde que lo recibió con cuatro largas cambiadas de rodillas, cambiando los terrenos hasta rematarlo. Empezó la faena de rodillas en el suelo con la muleta a la espalda, sin probarlo. El eral vino recto y lo arrolló. Se repuso y empezó con una tanda medida en la que ligaba un natural tras otro con ritmo. Los dos encontraron el compás, toreándolo. El tiempo y el sitio fuero algo muy recurrente en la faena de Barroso. Le bajó la mano, sometiéndole, con emoción y mucha raza. Había recorrido y profundidad en los pases. Tocándole bien las teclas que debía, lo llevó muy cosido, sin quitarle la muleta de la cara, dejándole el pico y guiándole con un sutil giro de muñeca. Cerró por bernardinas muy ajustadas. Metió la mano con determinación, aunque dejando una estocada defectuosa, repitió la suerte.

El Melli se estiró a la verónica acompañando la embestida, transmitiendo en los tendidos. Lo recibió en la muleta genuflexo, pero le bajó la mano en exceso y pegó la vuelta. Así empezó a templar con mucha determinación los muletazos, suavizando la embestida. El eral seguía con obediencia y fijeza la tela, humillando. los pases se medían a cuentagotas, por lo que había que medirse y darle salida, sin abrirlo. Le bajó la mano, toreando al natural con el vuelo de la muleta, con un recorrido rectilíneo que lo llevara hasta el final. Se enroscó en un sin fin de muletazos cuando empezó a mostrársela recta. Quiso lucirse con circulares invertidos, muy bien ejecutados. Lo cuadró y dejó una estocada entera pero trasera.
Al cuarto lo recibió Ismael Martín frenándolo, abriéndole, con un repertorio variado hasta sacarlo a los medios y rematarlo. El último tercio llegaba con el tanteo por ambos pitones, al tiempo que lo sacaba al paso. El animal mostraba buenas condiciones e Ismael Martín dibujaba naturales que parecían no tener fin, llevándolo hasta el final, jugando con el juego de su brazo. El aire empezaba a hacerse notar, sin embargo, el buen ritmo y motor del animal permitía la ligazón. Había que perderle pasos, pues a pesar de la salida que este le daba con los vuelos se iba quedando corto, por lo que tenía que darle sitio y perderle pasos. Empezaba a ser una faena atropellaba, pues no le daba margen de tiempo. Lo buscó en el circular, pero le falto ralentizar la embestida, a pesar de la determinación y dominio que intentaba imponer. Mató en el sitio.
El último de la tarde era un animal buscón que remataba en tablas. Marcos Linares lo recibió genuflexo en el capote, sin pulcritud, aunque estirándose a la verónica. Inició la faena probándole por abajo, obligándole a humillar, hasta llegar a los medios y pasarlo por alto. El animal se frenaba y se quedaba encima, por lo que buscó el sitio, para después citarlo con un toque fijador delantero y lento. Sobre el pitón derecho lo llevó a media altura, por el izquierdo se cruzaba con determinación tiraba de él al natural. Los muletazos eran muy largos, dejándole con verdad, torería y desmayo el vuelo en el morrillo. Lo llevó muy ligado a pesar de las dificultades que presentaba el novillo, lo hizo fácil. Cerró por manoletinas ajustadas pero lucidas. Estoconazo hasta la bola, pero tendida.

Villaluenga del Rosario. Tercera semifinal de las novilladas de las Escuelas Andaluzas. Erales de El Torero para Joselito Sánchez, dos orejas; Eric Olivera, dos orejas tras aviso;Víctor Barroso, oreja; El Melli, dos orejas; Ismael Martín, dos orejas; Marcos Linares, dos orejas.

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