domingo, 5 de mayo de 2024

Miguel Zazo, única oreja en Toledo

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Crónica

@DDOINGUIN ROMERA


PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ


  

Abraham Reina y “Alcohólico” abrían el festejo. El saludo, medido y templado por abajo, sirvió demostrar la entrega de ambos. Le costaba obedecer al cite, por ello la paciencia y el trazo largo eran algo necesario para terminar de configurar las tandas. Le llevó con los vuelos y una vez dentro del muletazo tenía ritmo, movilidad y recorrido, aunque a veces, ya cansado del engaño desluciera. Se la dejaba puesta enganchando desde delante hasta el final, no había que dejarlo. Dejó media estocada.
Ignacio Olmos abrió la embestida, recogiéndola. Sin embargo, salía suelto. Lo tanteó, probando a un novillo con transmisión y que empezaba a calar en los tendidos. Tenía ritmo, prontitud y movilidad, sin embargo, debía tener un cite fijador claro y un engaño al que seguir, si no se metía por dentro. Aunque también aparecían tintes violentos cuando tocaba la tela. Olmos lo llevó por abajo, desde delante hacía atrás, llevándolo siempre fijo en la muleta. Una declaración de intenciones. Falló en los aceros.
Viilita recibió al tercero, un astado que por el derecho repetía colocando la cara y humillando, algo que también acabó haciendo por el izquierdo. Sacándolo, por alto, al paso hasta los medios, ligando. Abriendo el compas, buscaba dar uniformidad y ligazón a la embestida del astado. Villita lo mantuvo atento, sin dejarle elegir. Le dio tiempo y espacio, sin agotarle, por ello, aprovechó el giro de muñeca y el paso atrás marcaban el inicio a un nuevo muletazo. Iba a menos, acortando distancias, perdiendo obediencia… Dejó media estocada, trasera y tendida.
“Guitarra” y Luis Pasero marcaban el ecuador del festejo. El animal se mostró suelto de salida, le costó encelarse en la tela. Pegado a las tablas, le costaba entrar al cite, las arracadas le venían por sorpresa. Tenía buena embestida, pero tocaba la tela y sacaba a relucir su marcada querencia a tablas. Le costó sacarlo al tercio e intentó estructurar la faena, sin embargo, no tenía interés. De nuevo, los aceros pasaban factura.
Miguel Zazo también se estrenaba con caballos. Recibió a “Emperador” de rodillasa la verónica, jugando con la movilidad de sus brazos, llevándolo suelto. Empezó la faena en los medios, aunque corrigiendo, con un astado justo de fuerza al que había que insistirle  y obligarle. El novillero decidió llevarlo lento y muy suave para evitar que se desvinculara, además que los naturales se medían a cuentagotas, por ello le dejó respirar para retomar los compases. La muerte suprema la ejecutó a la primera.
Cerraba Estrella Magán con un saludo capotero en el que frenó, recogió y enceló al astado. Lo recibió en la franela genuflexa, obligándole por abajo. No había pulcritud en la embestida, pero sí obediencia, movilidad y humillación. Estrella lo intentó ligar, sin embargo, le perdía pasos añadiendo distancia y buscando recomponer las tandas. Lo toreó en el tercio, dándole salida, templándolo y metido en la franela, pues la seguía con mucha más suavidad. Los dos encontraron el compás. Lo sacó hacia fuera y lo tomó con la izquierda, pero su embestida era mucho más brusca, así que retomó el pitón derecho. alargar la faena no merecía la pena. Los aceros…
Toledo. Novillos de El Freixo y Bellos Montes para Abraham Reina, tras aviso; Ignacio Olmos, ovación; Villita, ovación; Luis Pasero, silencio tras aviso; Miguel Zazo, oreja; Estrella Magán, vuelta al ruedo.

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