PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ

Valdemorillo abría la primera corrida de abono de la Feria con Juan Ortega, José Garrido y David de Miranda de Miranda, quienes se medirían a los astados de Alcurrucén. Unos ejemplares que estuvieron bien presentados aunque variados en su entrega y comportamiento. Es necesario destacar el empeño de José Garrido que bien le valió la primera y única oreja del festejo. Por su parte, Juan Ortega y David de Miranda lo intentaron, dejando buenos trazos y maneras.

Juan Ortega toreó con suavidad al primero, que supo evolucionar a bien gracias al trato de mano baja y embroque que le proporcionó el diestro. La faena quedó empañada en la suerte suprema. El segundo de su lote fue incómodo y pegajoso, no dejó que el sevillano se expresara. De nuevo tocaba afirmar que el trapío no hace faenas, aunque parecía que este tenía más opciones.

José Garrido le puso ganas y determinación al segundo de la tarde. Un astado con profundidad en su embestida, se dejó guiar configurando una faena ligada, natural tras natural, en la que, sin embargo, no supieron bailar al mismo compás. El quinto fue un toro noblón y voluminoso, que salía de la franela abstraído y sin continuidad. Aún así el empeño y dedicación de Garrido por abajo le valió la primera y única oreja del festejo.

El menor de la terna, David de Miranda tuvo que medirse a un tercer astado mermado. El animal tenía buena condición pero no las fuerzas necesarias para responder con determinación a las  exigencias del diestro. Culminó el festejo un astado que le pasaba cerca, por lo que le arrolló. Tuvo un inicio de pasión y arrojo, aunque quizá no supo imponerse, pero De Miranda aprovechó los destellos de bondad para apurarle y exprimirle. 

Valdemorillo (Madrid). Feria de San Blas y La Candelaria. Toros de Alcurrucén para Juan Ortega, ovación tras aviso y palmas; José Garrido, ovación con saludos y oreja; David de Miranda, ovación con saludos y ovación con saludos.