PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ

Óscar Pastor López “Gallito” sueña y apunta alto, tiene las metas muy claras. No se conforma con llegar a ser torero, pues aclara: “Mi mayor sueño sería ser figura del toreo, porque a ser torero se llega, con sus más y sus menos, lo difícil es mantenerse”.  Para el novillero el sacrificio es algo muy importante y forma parte de su día a día.

Sin embargo, comenta que todavía es pronto para definirse con un estilo propio y contundente, por ello asegura que está sin definir. Pero tiene muy claro que no quiere parecerse a nadie, sigue explicando: “Cuando vaya adquiriendo oficio, encontraré mi sitio”, aunque aclara que alguno de los matices que le gustaría demostrar sería la firmeza, la torería y el temple.

Óscar tiene antecedentes familiares, su hermano, el matador de toros Aitor Darío “El Gallo”, que es su mayor referente, es un espejo en el que mirarse. El novillero explica: “Me apoyo en él en cada duda, tanto de la Escuela como de la vida. Siempre le pido consejo”, un apoyo que le afianza en la profesión.

Su preparación es diaria, torea de salón, corre, va a la finca para entrenar, va a Escuela de Taurina de Guadalajara, etc. Gallito explica: “Voy a la Escuela los martes y los jueves y allí casi todo el entrenamiento es físico y toreo de salón. Esos días no me da tiempo para mucho más, si contamos el viaje hasta llegar”. 

“En la temporada 2019 he evolucionado muchísimo. Durante este año he debutado en público en el mes de junio y acabé matando en septiembre”, repasa así la pasada temporada. Sin embargo, ahora solo piensa en el 2020 y en su progreso. Su intención es seguir en la Escuela, pues es el lugar en el que se forma. Concluye la entrevista: “Mi propósito es evolucionar en la escuela, entrenar duro y hacerme mi sitio”.