jueves, 9 de mayo de 2024

Juan Leal y Chacón, doble Puerta Grande en Bargas

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Plaza de Toros de Bargas I GUARISMO DEL OCHO

Eugenio de Mora se midió a un astado de Conde de Mayalde descoordinado que arremetía sin emplearse. Llevó la cabeza alta, aunque con salida y repitiendo en la tela con celo. Fue una labor de mantenimiento y no de lucimiento o sometimiento. El astado no tenía fuerza y en la salida del muletazo clavaba los pitones en la arena, algo que repitió por ambos pitones. La faena de Eugenio de Mora no tomaría vuelo y no por las ganas de ambos, sino por la imposibilidad del de Mayalde. Lo mató con aseo.

El segundo de la tarde era un astado que pedía tela y al que se le podía torear sin moverse. Entraba más templado que salía, aunque colocando la cara. Octavio Chacón intentó buscar la longitud del muletazo, con recorrido y profundidad, pero cada vez se quedaba más corto y parado entre pases. No quería obedecer más de lo necesario, por lo que empezó a defenderse, perdiendo la pulcritud. Perdió su esencia e interés. El espada no quiso dejarse nada. La suerte suprema la ejecutó  “con éxito” al tercer intento.

“Despreciado” le toco en suerte a Juan Leal, quien inició la faena de rodillas dejándole la franela muerta y tirando de él. Toreó con desmayo, construyendo tandas ligadas en las que el astado, a pesar de sus cabeceos,  respondía con prontitud y sometimiento. El paso atrás y la mano caída tiraban del animal con naturales suaves que ralentizaron las embestidas. Cada vez más corto en recorrido y saliendo con la cabeza más alta, el diestro siguió en su empeño, adornándose. El animal se echó y le quedó la suerte suerte suprema, en la que mató al segundo intento, con una estocada fulminante.

Eugenio de Mora quiso aprovechar la inercia de las distancias largas con el cuarto de Conde de Mayalde. lo llevó con los vuelos, sin quitarle la muleta de la cara y tirando de él para llevarlo a un nuevo natural. El toro acusaba de cabeza alta, por lo que el de Mora le bajó la mano, sin obligarlo en exceso. Repetía con garbo en la franela, por lo que quiso aprovechar la profundidad y mantenerla hasta el final. Le costaba obedecer al cite, pero lo mantuvo a pesar de su desinterés final. Metió el acero tras un pinchazo.

“Fortunito” un toro poco práctico que buscaba por alto el pecho. Soltaba derrotes secos que fueron redimiendo gracias al temple y mano baja de Octavio Chacón. Mantuvo las irregularidades en la embestida, pero el diestro encauzó su recorrido en la franela obligándole a colocar la cara y someterse por abajo. Transmitió y los destellos de riesgo, añadieron un plus de interés y de reconocimiento hacia el gaditano. El espada disimuló los fallos, por lo que le ponía la tela por delante de la cadera para llevarlo hasta el final. El estoque cayó tendido y contrario, pero fulminante.

Juan Leal ejecutó un inicio de faena con emoción e intencionado, alternó muletazos por la espalda. El astado cabeceaba y era incomodo en las distancias cortas, muy pegajoso y desagradecido. Se quedaba corto y buscaba, pero el poso del francés y el juego de sus brazos prolongó su embestida, intentando suavizar unas embestidas deslucidas. Le perdía pasos y paraba las tandas, diferenciando los muletazos para evitar que se quedara encima. Se metió entre los pitones en busca de ese punto que le faltaba a la faena para ser rotunda, expresando y mostrándose con naturalidad y determinación. Tiró la faena con tres intentos de estocada.

Bargas (Toledo). Toros de Conde de Mayalde para Eugenio de Mora, silencio y oreja; Octavio Chacón, aplausos y dos orejas; Juan Leal, dos orejas y silencio.

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