lunes, 6 de mayo de 2024

El Juli, sello de calidad

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El
Juli, sello de calidad

El Juli en San Fermín I SERGIO RECUERO

La Feria de
San Fermín sigue su ritmo sin detenerse, hoy preparaba un cartel de cinco
estrellas y no porque fuera el quinto festejo desde que comenzó la feria del
toro, sino por la terna y la ganadería madrileña. Realizaban el paseíllo
Antonio Ferrera, Julián López “El Juli” y Pablo Aguado, tres Puertas Grandes
destacables en dos plazas de primera. Sin embargo, Ferrera no alcanzó la
inspiración de sus faenas en Las Ventas, así como tampoco llegaron El Juli ni
Aguado a la grandeza de la Puerta del Príncipe. La ganadería acartelada era la
de Victoriano del Río y uno de Cortés (1º), con toros de juego variable a los
que había que saber llevar, algunos más exigentes que otros. El primero de
ellos, por ejemplo, pedía una referencia para rajarse y alejarse de la tela, al
resto de los ejemplares les obligaron a adaptarse a los terrenos que el matador
marcaba. La suavidad y el autocontrol fueron claves en una tarde en la que los
abusos con la tela y los excesos de adornos podían acabar con lo que el animal
llevaba dentro. Por ello, algunos supieron buscar la evolución en sus
embestidas y cuajar faenas con repercusión en los tendidos. Antonio Ferrera
ralentizó y cuajó unas faenas a las que les faltaría ese punto de transmisión e
inspiración a la que nos malacostumbró en la plaza madrileña. El Juli volvía a
ser El Juli, la mejor versión de sí mismo, solo le falló la espada. Se llevó
una oreja merecida a su Tauromaquia y buena mano con el de Victoriano. Por
último, destacar a Pablo Aguado, quien acompañaba a la vez que templaba las
embestidas del animal con el movimiento acompasado de su cuerpo y la tela. La
mejor versión de la terna se apreció en el ecuador de la tarde, a excepción de
Pablo Aguado, acortando con descaro. 
Lee la crónica completa en Las Arribes Taurinas

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