PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ
La plaza de toros de Aranjuez se prepara para acoger una de las citas señaladas en el calendario taurino, la festividad de San Fernando. La localidad madrileña lo celebrará por todo lo alto con un cartel de máxima categoría, con todos los ingredientes y con una variedad necesaria y atractiva para los aficionados. Morante de la Puebla, José María Manzanares y Juan Ortega harán el paseíllo el próximo domingo 1 de junio a las 19:00 horas para medirse a los ejemplares de la ganadería de Núñez del Cuvillo.
Morante de la Puebla llega con un aire nuevo, pero evocador a la Tauromaquia añeja que tanto sabor da a sus faenas, con las que emociona y cautiva. Cosecha triunfos tan sonados y recientes como los de Sevilla o Jerez. Además, rindió a sus pies al público venteño tras una faena de arte y pellizco como hacía tiempo que no se le veían en la capital.
José María Manzanares acostumbra al toreo de gusto, al toreo de clase, ese que le pone temple y despaciosidad a las faenas. Juan Ortega, por su parte, acaba de culminar su ciclo sanisidril, con sabor a torería y esa plasticidad sevillana que queda en la retina de quien lo ve.
La ganadería de Núñez del Cuvillo, como bien conocida por muchos, su procedencia deriva de Osborne, Domecq y Núñez. Fue en la división de la ganadería del señor Flores Albarrán, cuando los hermanos Osborne Domecq adquirieron una parte y variaron el hierro. Además, eliminaron las reses que habían comprado y formaron la ganadería con vacas y sementales de José Luis Osborne Vázquez. Sin embargo, en los ochenta vendieron la ganadería a Joaquín Núñez del Cuvillo, que también modificó el hierro y añadió reses de otras cinco ramas, todas ellas procedentes del Marqués de Tamarón. En 1985, Núñez, en 1985 y 1990, Sayalero y Bandrés y Torrealta, en 1989 Atanasio Fernández y en 1991 Juan Pedro Domecq, vía Domecq Solís.
En definitiva, la Bicentenaria Plaza de Toros de Aranjuez acogerá todo un acontecimiento taurino, social y cultural, cuyo cartel, ya definió el propio Carlo Zúñiga como una Exaltación del Arte del Torero, puesto que son tres artistas del toreo consumados y uno de los más grandes que han visto sus ojos, que es Morante de la Puebla. Manzanares da empaque a un cartel solo con su presencia y Ortega es el marco de todo lo que representa esta plaza.