jueves, 14 de noviembre de 2024

Alguien me dijo que era un juego

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Artículo de opinión

Final de La Ribera del Tajuña I GUARISMO DEL OCHO

PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ

  

Alguien me dijo que las novilladas
sin caballos eran un juego. Quiero empezar así porque este podrá ser el
detonante que nos lleve a extinción, si es que no nos hemos extinguido ya.
Parece que para todos los que viven inmersos en lo más purista del festejo
tradicional han dejado de lado al futuro. Un futuro que nos garantice la verdad
en una época en que se vive de la mentira y difamación.
Los novilleros, todos sin
excepción, con y sin caballos necesitan sentirse guiados o arropados. En
definitiva, alguien que les de garantías, siempre y cuando presenten las cualidades
necesarias. En muchas ocasiones se ven arrojados a la realidad de las grandes
plazas sin haber tenido una mínima trayectoria en la que reafirmarse, con
cierto bagaje. Donde se hayan medido y perfeccionado, con sus más y sus menos.
Sin embargo, las oportunidades que
se les ofrecen son muy pocas y se aferran a lo que les dan. Esto no puede seguir
así, antes los novilleros acababan las temporadas con un mínimo de 51 festejos,
como ocurrió en el 2000 con el primero del escalafón. Ahora llegan al primer
puesto con 32 festejos, no me quiero imaginar a los sin caballos, que no están registrados al mismo nivel,
como si a nadie le importase
Gracias a los festejos como los
que se celebran en Villaseca de la Sagra o los del Certamen de la Ribera del
Tajuña se da salida a muchos de los espadas. Se dejan ver, muestran sus
condiciones en una promoción que no es ningún juego. Los novilleros son la base,
así que sigamos apoyando este tipo de festejos que algunos tanto desconocen.
Pues para llegar a ser matador, hay
que torear y antes de ser torero hay que ser novillero.

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