Más Cortés que valiente
Cortés en la Plaza de Toros de Las Ventas I @lasventas |
La primera
tarde de la Feria de San Isidro contaba con un cartel variado y de oportunidad,
en él aparecían acartelados los diestros Rubén Pinar, Javier Cortés y Thomas
Dufau, quienes se medirían a los ejemplares de la ganadería de La Quinta. Los ejemplares han sido variados en su
comportamiento, llegando a evolucionar en el paso del capote a la franela. Las
embestidas iban cambiando, aunque similares entre ellos. Es cierto, que el
tercero destacó por movilidad, al igual que el cuarto entraba de manera pronta
al cite dejándose llevar. Rubén Pinar, quizá no fue el más afortunado con el
primero de su lote, un animal de poco cuello al que le costaba humillar y
moverse, por lo que perdió el dinamismo y ligazón de la faena. Javier Cortés
recogió lo que sería la primera ovación de la Feria con un astado que tuvo
mejores condiciones por pitón izquierdo, algo que supo entender el madrileño.
El segundo de su lote fue un toro encastado al que le dio la suerte suprema sin
alargar en exceso la faena. Por último, el menor de alternativa destacó por
recibir al primero de su lote a Porta gayola, dotando a la faena de ritmo y
ligazón. Aprovechó su regreso a San Isidro, después de que el año pasado no
pudiera hacer el paseíllo por la lluvia.
tarde de la Feria de San Isidro contaba con un cartel variado y de oportunidad,
en él aparecían acartelados los diestros Rubén Pinar, Javier Cortés y Thomas
Dufau, quienes se medirían a los ejemplares de la ganadería de La Quinta. Los ejemplares han sido variados en su
comportamiento, llegando a evolucionar en el paso del capote a la franela. Las
embestidas iban cambiando, aunque similares entre ellos. Es cierto, que el
tercero destacó por movilidad, al igual que el cuarto entraba de manera pronta
al cite dejándose llevar. Rubén Pinar, quizá no fue el más afortunado con el
primero de su lote, un animal de poco cuello al que le costaba humillar y
moverse, por lo que perdió el dinamismo y ligazón de la faena. Javier Cortés
recogió lo que sería la primera ovación de la Feria con un astado que tuvo
mejores condiciones por pitón izquierdo, algo que supo entender el madrileño.
El segundo de su lote fue un toro encastado al que le dio la suerte suprema sin
alargar en exceso la faena. Por último, el menor de alternativa destacó por
recibir al primero de su lote a Porta gayola, dotando a la faena de ritmo y
ligazón. Aprovechó su regreso a San Isidro, después de que el año pasado no
pudiera hacer el paseíllo por la lluvia.