jueves, 13 de noviembre de 2025

El gusto y la clase exquisita de Urdiales brillan en una tarde en la que también la clase sevillana de Ortega y Aguado corta una oreja en Chinchón

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PATRICIA PRUDENCIO MUÑOZ

Chinchón ha celebrado su tradicional festival taurino en el que los matadores de toros Uceda Leal, Diego Urdiales, Juan Ortega y Pablo Aguado, junto a los novilleros Aitor Fernández y Álvaro Chinchón se midieron a los ejemplares de Macandro, Zaldueldo, La Purísima y Algarra. Uceda llevó con mucho cuidado las embestidas del primero, un novillo comedido y justo de fuerza al que se impuso y pudo expresarse. Urdiales derrochó gusto y mucha naturalidad ante el segundo, un gran novillo que fue aplaudido en el arrastre. Ortega desarrolló una meritoria labor ante el pitón derecho de un animal justo y algo escaso, pero del que robó muletazos de clase y gusto. Aguado toreó despacio, llevando la embestida justa y escasa del cuarto, con el que dejó pinceladas de torería, llegando a los tendidos en una faena breve. Aitor Fernández dejó pinceladas ante el cuarto, un novillo con el que no terminó de acoplarse. Álvaro Chinchón derrochó verdad y firmeza ante el sexto, al que llevó con determinación y disposición en una faena de acople y emoción que deslució con el acero

Uceda pincha su artística labor con el acero

Saludó Uceda con gusto y temple al primero de la tarde, un novillo con repetición y nobleza. Inició la faena de muleta genuflexo, pasándolo por ambos pitones, para después levantarse y seguir ganándole terreno, andándole con clase y despaciosidad. Se fue a los medios y empezó a llevarlo al natural, ordenando una embestida ligeramente descompuesta e irregular, pero que seguía el engaño. Templó y ordenó, llevándolo muy despacio. Continuó sobre el izquierdo, dosificando y midiendo ante un novillo justo y comedido. Cambió al derecho, pero le costaba más pasar, quedándose corto. A pesar de ello, decidió volver a pasarlo, logrando imponerse también sobre el derecho. Falló con el acero y tuvo que descabellar.

Torería y una clase exquisita de Urdiales

Diego Urdiales se estiró con clase y mucho gusto y torería para lncear al segundo de la tarde. Inició su faena de muleta doblándose con el, para ganarle terreno y sacarlo con torería. Continuó desde los medios sobre el pitón derecho, dejándosela puesta y envolviéndoselo con gusto y despaciosidad, girando sobre su propio eje, llevándolo totalmente cosido. Elaboró una tanda más sobre el derecho, de acople y calado, antes de cambiar al toreo al natural, en el que derrochó verdad y mucha naturalidad, bajándole la mano, desarrollando pases profundos y largos. Culminó con unos ayudados por alto, ya que el animal ya se le iba a tablas.

Juan Ortega corta una oreja al primer sobrero

Ortega saludó al tercero, un novillo que tuvo que ser devuelto tras perder las manos repetidas veces. Saludó al sobrero también de rodillas, teniendo que levantarse rápidamente, ya que salió suelto. Poco a poco, andándole y ganándole terreno, estirándose con gusto. Quiso empezar su faena muy despacio, dosificando ante un animal que perdió las manos en sus inicios. Le dio tiempo y sitio antes de meterlo en una nueva serie, la cual fue breve pero bien llevada, sujetándolo. Entre molinetes y adornos dio emoción y calado, comenzando una nueva serie por el derecho, teniendo que aguantar los parones a medio viaje y sus salidas descompuestas. Lo intentó al natural, pero era más incierto, así que volvió a montar la muleta y culminó con una tanda sobre el derecho a cámara lenta ante un animal que ya embestía como podía.

Aguado, faena lenta y breve de detalles

Aguado esperó genuflexo al cuarto, teniendo que levantarse para seguir esturándose con el, ya a la verónica. También se lució durante el quite desde los medios. Pablo Aguado comenzó de rodillas, pasándolo por ambos pitones, aunque no tardó en levantarse, dejando unos remates con los que cautivó, tratando de torear despacio, haciéndolo bonito y llegando a los tendidos. Decidió continuar sobre el pitón derecho, aprovechando las embestidas de un novillo justo de fuerza que pasaba y obedecía, teniendo que llevarlo a media altura. No alargó, por lo que lo pasó, se adornó y culminó con una estocada en los alto.

Aitor Fernández falla con los aceros

Saludó al quinto Aitor Fernández. En la faena de muleta decidió iniciarla de rodillas, muy despacio, a media altura, tratando de buscar la altura y el acople. Lo encontró sobre el pitón derecho, logrando completar las series ante un público entregado a su labor. Llegó y emocionó en tandas cortas de tira y afloja en las que no logró redondear su faena, aunque dejando muchos matices. Falló con el acero.

Álvaro Chinchón, expresión y gusto que desluce con el acero

Álvaro Chinchón se estiró con gustó ante el sexto, lanceándolo a la verónica al compás de los «olé» del respetable. Comenzó su labor de muleta junto a las tablas para después ir andando con el mientras lo probaba con ambos pitones, llegando incluso a asentarse con el. Lo pasó con gusto antes de darle tiempo y sitio y continuar sobre el derecho, dejando la muleta puesta y tirando de una embestida delicada pero obediente. Pierna atrás, configurando una labor de ritmo y emoción. Le ayudó en las salidas en el toreo al natural, llevándolo muy metido, ligando las series, toreando con firmeza y verdad. Falló con el acero.

Ficha del festejo:

Chinchón. Novillos de Macandro, Zalduendo, La Purísima y Algarra para José Ignacio Uceda Leal, ovación; Diego Urdiales, orejas; Juan Ortega, oreja; Pablo Aguado, oreja; Aitor Fernández, palmas tras aviso; Álvaro Chinchón, ovación

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